En el reporte, conoceremos a Asha, una niña de 11 años que vive en Assam, India. Como gran creyente en la igualdad de género, es difícil no emocionarse cuando leemos sobre cómo la menstruación pone a Asha en desventaja en la escuela.
“A veces no voy a la escuela porque es muy difícil asistir durante todo el día a clases sin un lugar adecuado para cambiarme o lavarme y sin que mis compañeros y maestros sepan que tengo mi período”, cuenta Asha.
Tristemente, Asha está lejos de estar sola en sus experiencias. Existe tabú y vergüenza en torno al tema de la menstruación y esto hace que las niñas se ausenten de las escuelas y las mujeres del trabajo.
¿Qué pasaría si logramos luchar contra este tabú y comenzamos a integrar la gestión de la higiene menstrual como una perspectiva en la planificación urbana? No solo le daría a Asha la oportunidad de ejercer sus derechos humanos básicos y participar en la escuela, sino que también crearía un camino global hacia el empoderamiento de las mujeres y nos permitiría desarrollar todo nuestro potencial en conjunto.
Para mí, la higiene y la salud tienen implicaciones sociales. En el reporte puedes obtener información sobre cómo al enseñar a los niños a lavarse las manos se mejora la calidad de la educación, cómo los inodoros accesibles son clave para permitir la participación laboral de las mujeres y cómo los sistemas de higiene de manos y las señales visuales en las instituciones médicas mitigan la resistencia a los antimicrobianos.
Todos estos son ejemplos de cómo la inversión en higiene y salud impulsa el progreso social. A menudo, los recursos requeridos son mucho menores de lo que podríamos pensar. Incluso cuando las inversiones necesarias son importantes, las recompensas para el individuo y la sociedad son siempre mayores.
Hoy en día tenemos una buena comprensión de lo que se necesita en términos de higiene y salud para crear una sociedad donde todos tengan las mismas oportunidades de ejercer sus derechos humanos.
Realmente espero que el reporte te resulte tan interesante e importante como a mí. Para poner en práctica estas ideas, todos debemos colaborar.
Saludos. Kersti Strandqvist